Todo comenzó en Moguer, La Archicofradía de María Auxiliadora de La Palma aceptaba la invitación de la Hermandad de Monte Mayor de procesionar por primera vez a María Auxiliadora en la localidad Moguereña, para la procesión extraordinaria que dio lugar en dicha localidad. Ciudad que conserva muchos lazos de unión en la historia centenaria de la devoción a nuestra Virgen.
Al día siguiente la Auxiliadora palmerina era proclamada Madre y Protectora de los donantes y trasplantados de órganos de La Palma , así acompañó a la Virgen la Organización de Trasplantados de Huelva, después fue trasladada a la Parroquia en un traslado sencillo y humilde. La Virgen fue sin coronas, como en la procesión extraordinaria del 25 Aniversario y fue llevada en andas. Jóvenes, mayores, mujeres, hombres, todos sintieron a la Virgen en su hombro y en su vida. Horas más tarde, en la Parroquia, La Asociación Musical de La Algaba estrenaba la marcha Fúlgida Estrella, en el recital que ofreció a todos los asistentes.
Pensábamos que las emociones habían sido muchas, pero el miércoles……., el miércoles sorprendió. La visita del Padre Salesiano ilusionó, llenó de fuerza y de emoción a todos los que estuvieron junto al Santo de los Jóvenes, el espíritu salesiano latió con una fuerza que nadie esperaba. Globos, jóvenes, camisetas, pétalos, lágrimas, aplausos, jóvenes, antiguos alumnos, jóvenes, se mezclaron como en una batidora y bebimos de Don Bosco. El que lo vio, lo sintió, y no podrá borrar de su recuerdo vivencias calladas y emociones inexplicables que junto a Él se sintieron. Llenó los corazones de todos los que un día bebieron de sus enseñanzas y mensajes, y a los que no estuvieron en los Salesianos, seguro que también emocionó, porque el espíritu salesiano es contagioso y de rápida propagación.
Cuando el Padre llegó a la Parroquia ….. allí estaba Ella, esperando, en un altar como la ocasión lo requería. Preciosa, guapísima, casi sin flores, pero grandiosa, la foto del Padre de los Salesianos y de la Madre Auxiliadora frente a frente hizo que pasara desapercibida, la caravana de la alegría, las ofrendas de flores, los anuncios, los pregones, los escaparates salesianos, las autoridades, la torre engalanada, nada tenia sentido. Todo el sentido se centró en sentir ese momento y en la vida que salía por las puertas de la Parroquia y recorría la plaza, las calles y todas las casas de la Palma. La gente entraba y salía de Parroquia, a las diez, a las doce, a las tres, a las seis…. Daba igual la hora de la madrugada que fuera. Don Bosco había venido a ver a la Virgen de sus sueños.
Y el sueño se hizo realidad….. porque el domingo la nubes se fueron a otro lado, las previsiones de agua se confundieron, el Sol y casi el calor de Junio decidieron ir a ver a la Auxiliadora , en su barrio, en su calle, en el Santo Entierro, era Junio otra vez. Todos decían: ”que guapa está”, “como va la Virgen ”. Es la misma, la de siempre, la que siempre nos acompaña y nos protege, la que tiene muchos nombres como dice el himno del Centenario que estrenaron en la Pontifical , pero…..estaba contenta, sabía que en su pueblo, todos eran más salesianos.
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