El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, es una fecha especial e importante para el mundo salesiano. En Valdoco, en los tiempos de Don Bosco, el acontecimiento era esperado, preparado y vivido con gran intensidad. Hoy en muchos ambientes salesianos se recuerda el nacimiento del oratorio y se celebra el Círculo mariano.
La historia del carisma salesiano, sobre todo la experiencia de los primeros años de Valdoco, está llena de tantos 8 de diciembre, en los cuales se experimentó la presencia materna de María Inmaculada y se concretó la confianza de Don Bosco y de sus hijos a la Virgen Madre. La bendición de la primera capilla del oratorio (1844), la apertura del segundo oratorio (1847); las novenas y las fiestas en honor de la Inmaculada a la gran solemnidad de la proclamación del dogma mariano (1854); la consagración de Domingo Savio a María Inmaculada (1854), el nacimiento de la compañía de la Inmaculada; la liberación de la enfermedad del cólera (1854), la protección de la casa del oratorio del rayo (1861); la apertura de la última casa de Don Bosco, en Liegi en Bélgica en honor del Santísimo Sacramento, el 8 de diciembre 1887.
La costumbre que tenía Don Bosco de colocar eventos importantes en la cercanía de fiestas litúrgicas, sobre todo marianas, no era una estrategia clerical, sino que manifestaba la profunda convicción de la presencia de María en su vida, en el oratorio y, después, en la Congregación. El santo turinés amaba decir “todo nació con una lección de catecismo” recordando el encuentro con Bartolomé Gareli sucedido el 8 de diciembre de 1841 en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís en Turín, como lo narran las Memorias del Oratorio.
El santo de los jóvenes estaba convencido que “todas las bendiciones venidas desde el cielo por medio de la Virgen, eran fruto de aquella Ave María pronunciada con fervor y con recta intención junto al jovencito Bartolomé Gareli, en la Iglesia de San Francisco de Asís”.
En muchas obras salesianas la Familia Salesiana se reúne a las 12.00 para celebrar el Círculo Mariano recitando juntos una Ave María. “Es una tradición que recuerda la gran devoción que Don Bosco tenía a María y cómo el carisma salesiano nació bajo la protección y la guía de la Madre de Dios. – dice el padre Pierluigi Cameroni, Postulador General para la Causa de los santos de la Familia Salesiana – en este 8 de diciembre 2011, primer año de preparación al bicentenario del nacimiento de Don Bosco, nos confiamos a Ella y pidámosle poder obtener la caridad pastoral que animó a Don Bosco en su misión y que desde el alto de la cúpula de María Auxiliadora continúe a bendecirnos y protegernos”.
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