Todo empezó mucho antes, porque
durante meses muchos devotos y colaboradores de La Auxiliadora se reunían
todas las tardes para preparar y montar todos los detalles de unas fiestas
llenas de momentos y vivencias, pero fue el 23 de Mayo día ante del bicentenario
de la proclamación del 24 de Mayo como fiesta de María Auxiliadora, cuando
recorrió las calles del pueblo el Ensayo Solidario, los costaleros de La Virgen y la Banda de Padre Jesús
realizaron un ensayo para recoger alimentos que luego serían entregados a
Cáritas y a las familias necesitadas de La Palma. Bonita manera de
empezar, pensando en lo más importante, en las necesidades del prójimo. Al día
siguiente, 24 de Mayo, Festividad Litúrgica de María Auxiliadora, la Venerada Imagen de
La Virgen
subía a los cielos de La
Iglesia de El Salvador en un acto sencillo pero emocionante.
Desde lo alto del Altar
preparado para La Novena La
Virgen recibiría a todos y todas los que se acercaron a pedirle y a ofrecerle,
a llevarle sus angustias y sus flores, si algo destaca de La Virgen de Don Bosco es que
quien se acerca una vez, lo hará siempre, en silencio, sin ser visto, sin
llamar la atención, así es la devoción de María Auxiliadora, profunda e
interna, emocional e intensa, sostén de
cuerpos y familias.
(Una tarde de fiestas en La Palma se paró todo por un
momento, No podía romper el protocolo, porque estaba organizado de forma
selecta, no era lo normal, pero ¿cómo iba a pasar por delante de su Virgen y no
entrar a saludarla?, se bajó, se escondió, prohibió las cámaras de fotos y
videos indiscretos, lloró ante su Virgen, le canto su Himno, y como si nada
hubiera pasado volvió al protocolo establecido, no puedo decir más).
El 31 de Mayo La Archicofradía y su
Grupo Joven se desplazaron a Málaga para acompañar y cantarle a nuestra Madre
Auxiliadora Coronada malagueña, los pétalos, las calles adornadas, nos
recordaron lo que en unos días pasaría en La Palma.
El 4 de Junio comenzó su novena, muchos y muchas se dieron cita durante nueve días
a los pies de La
Auxiliadora, asociaciones, su colegio, sus profesores, su
grupo joven, asociaciones locales… todos pasaron a rezarle y a pedir auxilio,
en nuestras vidas, en los momentos difíciles, en nuestras asociaciones, en
nuestras casas…. Debajo del Simpecado los Kilos de alimentos se acumulaban en
el tradicional “Kilo de Auxilio” también para los más necesitados.
Cuando todos se marchaban para el
Rocío, Ella despedía a los peregrinos en
la misma puerta del pueblo y cuando todos volvieron … una oración para la Blanca Paloma y María
Auxiliadora, su Hermano Mayor, sin voz gritaba con los últimos hilos de voz el
nombre de las dos advocaciones marianas tan queridas en la localidad.
Y al día siguiente de que
esperáramos todos a La Carreta
palmerina, era la
Exaltación a María en los Salesianos, Don Juan José nos
emocionó a todos, tubo palabras de recuerdos por Don Miguel, recuerdos de la Visita de Las Reliquias de
San Juan Bosco, del Cincuentenario de los Salesianos, y sus vivencias y
emociones, porque tubo la suerte de conocerla y rezarle y por tanto un día se
quedó prendado de eso que tiene La Auxiliadora a todos enamora.
La Bajada, las medallas a los
nuevos hermanos, la presentación de niños, los traslados del paso, el Besamano,
las colas para contemplarla cerquita, cerquita… así llegó la noche previa al
traslado. Y esa noche, cuando La Virgen
pasó por su lado, protegida y llevada por personas muy especiales para subirla
al paso del traslado, se emocionó, no quería que se fuera, se agarró a Ella y
su llanto quebró el alma de todos los que allí estaban, y sus lágrimas
conmovieron las piedras de la torre, que grande es, que fuerza tiene, pero
callada y en silencio.
Y salió a la calle de los arcos y
pétalos, pero también pasó por las casas que suplicaban su bendición, momentos
que quien los vivimos no nos atrevemos a contar, ni recordar mucho para no
volvernos a emocionar, casas que la esperaban desde hace meses que llegara. Un
poquito más a bajo su coro, para cantarle su Salve, la que le lleva cantando
desde hace casi 25 años, pero no sé como ni porque se encontraron sin ensayar y
sin ser avisados, todos, los que formaron el coro hace 20 años, directoras de
los primeros años que cantaron la
Salve con sus hijas en brazos que se sabían la letra, los que
pasaron y los que se quedaron, todos emocionados, una voz decía, no sé cómo se
habrá escuchado pero que momento más bonito para nosotros.
En la Parroquia, horas y horas
de trabajo y después más trabajo, todo debía estar preparado en un tiempo record,
la noche de guarda, rezo y trabajo (como decía Don Bosco) se terminó volando y
llegaron las primeras luces del día, los cohetes, las bandas el pueblo,
nuestros inseparables hermanos de Málaga, los jóvenes, los de fuera, los de
dentro,…. Todos, no faltaba nadie, sus celadoras, sus hermanos, su gente que
tanto la quiere y la ama, Don Francisco Ruiz se despedía como Inspector en la Función Principal
y decía : “el que conoce a esta Virgen no se olvida de Ella”, igual que Ella no
se olvida de nosotros, y salió a la calle a repartir su Auxilio, mucho calor,
pero con mucho auxilio, un pueblo entero lleno de auxilio. Y cuando no llevaba
corona porque el techo de El Salvador quiere que su pelo roce el dintel de la
puerta, cuando sólo quedan los suyos porque ya traspasó el arco de entrada,
cuando sólo hay humo de incienso, oscuridad, cuando llega ese momento de
intimidad, se escuchaban lágrimas, guapa
y guapa, pero sin voz, flojito, para que sólo se entere Ella, y alli parecía
que sólo estábamos Ella y yo, por un momento nos fijamos que había luna llena y
que su resplandor iluminaba todo el cielo, pero pasa como cuando sale el Sol,
que su luz es tan fuerte que no te deja ver la luz de la Luna, eso pasó, su luz era
tan grande y tan brillante que no vimos la preciosidad del cielo, así fueron las fiestas de La Auxiliadora, llenas de
emociones y sentimientos, llenas de lágrimas por el que pide por los suyos,
llenas de ilusiones del que espera su momento, llenas de necesidad de auxilio.
María Auxiliadora Ruega por nosotros.
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