miércoles, 7 de julio de 2010

FIESTA DE MARÍA AUXILIADORA


 Dios estaba en lo azul y el sol declinaba lentamente para embriagar con su fulgor último la bella silueta de la Madre de Don Bosco en su salida del Salvador.
La estampa era la de siempre, pero el entusiasmo del público era aun mayor que otros años. La calle María Auxiliadora, su calle, era un mar de gente que vibraba al ritmo de su cadencioso caminar, fielmente acompañado por los sones de la banda de música de Nuestra Señora de la soledad de la Algaba.
Y sobre ese mar, como faro que guia nuestros corazones se alzaba el esbelto y entrañable paso "azul" con la Madre de Dios sobre los hombros de sus jóvenes costaleros.








Rapidamente,  este navegar de cariño se encajo en la calle de "los arcos" donde la pasión desbordada de sus devotos llego como todos los años a su punto culminante. Cohetes, pétalos, vivas, aplausos, fandangos y amor, mucho amor para la Auxiliadora. La más excelsa poesía del mejor de los poetas no podría expresar jamas tanto cumulo de sentimientos y sensaciones.






Ante el monumento,se hizo el silencio para escuchar las  sevillanas del grupo "aromas de la rocina" :

" bajo pétalos esta calle
te regala el corazón
fe que siempre te han mostrado
entregándote el corazón
y es que el pueblo de la Palma
que es humilde y salesiano
a su virgen Auxiliadora
"aromas" reza cantando"



Atrás quedaba la alfombra de pétalos y maría auxiliadora se recogía entre el clamor popular en la parroquia .








Llegado el sábado y tras la solemne función magistralmente predicada por el salesiano Juan Carlos Perez Godoy tuvo lugar la salida procesional de la Archicofradía.


El clamor popular se transformo en solemnidad y elegancia. La procesión destaco por el numeroso publico asi con numerosas representaciones de hermandades y grupos jóvenes. el paso de D. Bosco iba acompañado por numerosos niños de distintas clases del Colegio Salesiano y acompañado por los sones de la agrupación Musical de Nuestro padre Jesús Nazareno.
Y la Virgen, entronizada en su imponente paso elegantemente adornado con rosas blancas fue repartiendo su auxilio y su cariño por las calles del pueblo.





Al llegar a la puerta del colegio, la Virgen como todos los años se volvió hacia su pueblo para marcar con su recogida el final del trayecto procesional, un momento de entrañable emoción donde culmina todo el trabajo que con amor le dedican sus fieles devotos durante todo el año, pero sobre todo, un momento de onda emoción de saber que María Auxiliadora , un año más, ha regado los corazones de La Palma con el espíritu de cristiandad que los salesianos heredaron de Don Bosco.





Agradecer al blog Sentir Palmerino por la cesión del magnífico reportaje fotográfico 
que ha realizado.



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